La anjana es un ser perteneciente a la mitología de una región del norte de España llamada Cantabria. Su nombre proviene de Jana. Nombre con el que se solían llamar a las hechiceras en la Edad Media.
Las anjanas son seres mitológicos de aspecto humanoide. Eran mujeres con la piel muy blanca y largas trenzas adornadas con guirnaldas y coronas de flores.
Las anjanas pueden transformarse en otras personas, objetos o animales a voluntad.
Llevan una vara en las manos con la que tocan la tierra o el agua para hacer sus encantamientos. En general son seres bondadosos que gustan de descansar en las márgenes de los arroyos para conversar con las aguas.
Ayudan a animales heridos, a los extraviados en un bosque, en general a los pobres y personas que sufren. Aquellos que son codiciosos son castigados ya que se cree que las anjanas viven en cuevas que son palacios repletos de tesoros. Con ellos tientan a las personas codiciosas y ayudan a aquellas buenas personas que lo necesitan.
Según dicen, en la primera noche de la primavera se reúnen en los pastos de las montañas para danzar hasta el amanecer, donde cogidas de la mano, esparcen rosas. La personas que encuentran uno de los pétalos de estas rosas serán felices hasta el día de su muerte.
Es curioso ver la evolución y similitud de las anjanas hacia las hadas modernas y sus varitas mágicas.
“Anjana de la compasión
alíviame el corazón
dame un pocu de consuelu
del que diz bajas del cielu
dame un pocu de alegría
en las horas de esti dia
dame un pocu de la miel
y haz de la pena estiel
Anjana de la güena suerti
las mis penas son de muerti
dame tu la bendición
y alíviame el corazón.”