Sabéis que siempre me gusta daros recetas sencillas y eficaces, porque sé que de tiempo andamos justos y muchas veces no tenemos muchos ingredientes en casa. Por esto, me he lanzado a compartir esta receta porque es tan sencilla que todos deberíamos conocerla.
Este jarabe, el jarabe de rábano para la tos, es una receta muy antigua, que sepamos se hacía durante la Edad Media, era uno de “los simples”, aunque puede que en la antigua Grecia ya lo usaran. Actualmente se sigue elaborando en países como Francia, es más; tengo un libro sobre “viejos remedios de Normandía” donde habla de él.
Esta receta se realiza con rábanos pero a mí me cuesta encontrar rábanos grandes, así que yo lo hago con nabos.
Nota: Los rábanos y nabos pertenecen a la familia, a la familia de las brasicáceas o crucíferas. Igual este nombre no os suena, pero si os digo que es la familia de la mostaza, las coles o el brócoli, seguro que ya os suena más.
Sobre los ingredientes
El nabo (Brassica napus)
De esta planta usamos su tubérculo, tanto a nivel comestible (también se usan sus hojas) como medicinal.
Su tubérculo es rico en fibra, provitamina A, Vitamina C, minerales como el potasio y hierro, compuestos azufrados y antioxidantes.
Se recomienda mucho como antioxidante para prevenir el envejecimiento celular, como apoyo para prevenir cáncer, reduce los niveles de colesterol y ayuda a tener una buena salud cardiovascular, es digestivo, etc.
A nivel respiratorio, de forma tradicional se ha usado para calmar la tos y la tosferina, incluso a ayudar en problemas como bronquitis.
El rábano (Raphanus sativus)
Se usa su tubérculo tanto a nivel comestible como medicinal.
Es rico en vitaminas como la vitamina C, vitamina K y del grupo B, además es rico en betacarotenos y minerales como el magnesio y el calcio y compuestos azufrados. Además contiene rafinina, que tiene actividad antibiótica.
Actúa sobre todo como tónico, expectorante, antibiótico, es digestiva y ayuda para eliminar gases y tratar la diarrea.
Se ha usado de forma tradicional en caso de tos, tosferina incluso en enfermedades respiratorias como bronquitis y asma.
Hay muchas especies de rábano, de diferentes colores y tamaños.
En fitoterapia, el rábano negro Raphanus raphanistrum subsp. sativus, Raphanus sativus var. nigra) es la especie que más se usa y estudia. Se le puede ver en muchas formulaciones depurativas y para la vesícula biliar e hígado.
Otro rábano muy conocido es el Daikon, el rábano japonés muy usado en la cocina japonesa.
Hay otro rábano que se ha usado mucho en fitoterapia y que seguro que habéis leído sobre él, pero que es complicado de obtener: es el rábano picante o rábano rusticano (Armoracia rusticana).
La receta en vídeo
La receta
Ingredientes
- 2 rábanos grandes o 2 nabos grandes.
- Azúcar blanca, integral de caña o panela.
- Un bote de vidrio con boca ancha y su tapa.
Elaboración
- Pela los rábanos o nabos.
- Córtalos en rodajas finas o en daditos pequeños.
- Pon unas pocas rodajas de tubérculo y luego las cubres con un poco de azúcar. Esta operación repítela hasta haber acabado con toda la hortaliza.
- Tapamos el bote y lo dejamos en un lugar de la cocina que no le dé el calor ni la luz.
- Lo dejamos que macere durante toda la noche.
- Al día siguiente, fíltralo y envasa el jarabe resultante en una botella de vidrio, bien esterilizada y cierra bien.
- Etiqueta el bote y guárdalo en la nevera, de esta forma durará varias semanas en perfecto estado.
¿Cómo se toma?
En adultos se recomienda tomar tres cucharadas soperas del jarabe, fuera de las comidas o cuando se necesite.
Los niños podrían tomar tres cucharaditas de postre al día, según su peso.
Importante
No se ha encontrado ninguna fuente que hable de efectos secundarios o contraindicaciones, pero al ser de la familia de las crucíferas, poseen en cierta cantidad glucosinolatos. Esta sustancia aunque es muy interesante frente a enfermedades como el cáncer, también pueden inhibir a la tiroides e inducir bocio. Este principio activo, está presente sobre todo en el género Brassica, donde está el brócoli (Brassica oleracea var. italica) como estandarte. Por estos motivos, es mejor tomarlo con moderación, tanto como alimento como medicina.
Espero que hayáis disfrutado del artículo y del vídeo. Como veis, tenemos un montón de recursos a nuestra disposición para cuidar de nuestra familia y de nosotros mismos, solo tenemos que conocerlos 🙂
Muchas gracias, mi preciosa Virginia. En mi casa no falta el jengibre para prevenir, pero lo probare y te cuento. Un abrazote muy grande.
Ya nos contarás Ana! La verdad es que es muy sencillo y rápido. Un abrazo!
Buenas tardes Yenifer, se puede reemplazar el azúcar por miel de abeja?
Es un versión que no hemos probado, pero si que se podría, lo único que habría que aumentar el tiempo de maceración, para la extracción de los principios del rábano o nabo. Un abrazo!
Genial receta y explicación, me ha recordado al jarabe que hacían antiguamente con pinzas de pino muy tiernas.
Fenomenal receta,sencilla, producto fácil de encontrar y amplias posibilidades de utilizar para otros problemas.
Gracias Chus! Nos alegra que te haya gustado, la verdad es que es fácil y podemos realizarlas de manera sencilla. 🙂
Excelente las explicaciones. Sabes bastantes cosas útiles
Muchas gracias Bernabé! Nos alegra mucho que te sea de utilidad y es una manera muy sencilla de ponerlo en práctica. 🙂
Un abrazo!
Muchas gracias por esta informacion muy valiosa para mi . Un abrazo desde , Chile
Muchas gracias María Isabel! Nos alegra mucho que te haya gustado. Recuerdos para Chile! Un beso!
Gracias por compartir tu sabiduría, estudio, investigación y años de esfuerzo, gracias por tanto y tanto
Un fuerte abrazo y probaré tu receta, luego te cuento
Gracias a vosotros por estar ahí y poner en práctica todas estas recetas! Un abrazo enorme Stella!
Eres increíble Virginia, me encantó la receta, pero tengo una cuestión, ¿en vez de azúcar se puede emplear miel?
Pues creemos que sí Lucía! pero no hemos probado la receta de esa manera, seguramente que se necesite más tiempo para extraer. Un abrazo!
Virginia! Qué maravilla esta preparación, que sencilla y qué bien explicada está! Mi abuela paterna (nacida en los andes venezolanos) siempre me recordaba la maceración de rábanos rojos y azúcar cuando mi hija tenía tos.
Me ha encantado la referencia al contenido azufrado del nabo, ese olor característico del huevo cocido.
Te mando un abrazo y mil gracias !
Hola Patricia! que pena que se vaya perdiendo lo que nos transmitían esos abuelos sabios jeje. Un abrazo enormee!
Hola me encanto esta receta gracias por compartirla, pero tengo una duda puedo usar el rabano chiquito el que es color rojo o tiene que ser el negro?
Hola Ana! sisi, puedes usar el rojo, de hecho, aunque Virgi lo haya hecho con el nabo, cuando comenta rábano, se refiere a este rojo que tú dices. 🙂
Muchas gracias por la receta la probare.
¿Para niños de dos años tambien 3 cucharaditas?
Gracias.
Hola Pilar! Bueno para adultos, mas que cucharaditas podrían ser cuacharadas jeje, pero para niños tan chiquititos con una cucharadita pequeña estaría bien. Un abrazo!
Me encanta que sea tan fácil de hacer. Sin muchas complicaciones. Muchas Gracias por toda la información recibida.
¡Un fuerte abrazo!
Gracias a tí María! Ahora a ponerlo en práctica! un abrazo